martes, 24 de junio de 2008

21-J Manolo García.

Está claro que por mucho que queramos atrás quedó EUDLF hace mucho, pero entiendo que todo en la vida cambia ... en ocasiones a mejor, y en otras a peor.
Cuando me enteré de la cita de Manolo en Sevilla no dudé en comprar la entrada, y es que estaba seguro de que echaría un buen rato. Entiendo que escuchar a grandes artistas en directo siempre merece la pena. Ni siquiera tuve tiempo de ponerme al día del último album porque, a decir verdad, tampoco me atraía en demasía. Me hallaba en la esperanza de que a la cita no fallaran grandes éxitos para poder bailar como un indio en momentos de insurrección, y, por qué no, temas de su carrera en solitario que también han hecho mella como San Fernando, Levedad, Malva ...
Sin lugar a dudas, el sol de Sevilla es una maravilla ... pero la calor llega a ser agobiante. El calor que se pasó en el concierto es facilmente comparable con las temperaturas y momentos de sofocos que se llegan a pasar debajo de un paso. Apretaditos, en ocasiones algo agobiado y arrancando a sudar como pollos. Aún así, y sopesando todo, merece la pena asistir al concierto. De hecho estoy planteando una visita a San Fernando para volver a verlo.
A Dama que, por lo que acabo de leer, mucho le gusta este tema y sin dudas fue uno de los picos del concierto.

INSURRECCIÓN
¿Dónde estabas entonces cuando tanto te necesité?
Nadie es mejor que nadie pero tu creíste vencer.
Si lloré ante tu puerta de nada sirvió.
Barras de bar, vertederos de amor...
Os enseñé mi trocito peor.
Retales de mi vida, fotos a contraluz.
Me siento hoy como un halcón
herido por las flechas de la incertidumbre.
Me corto el pelo una y otra vez.
Me quiero defender.
Dame mi alma y déjame en paz.
Quiero intentar no volver a caer.
Pequeñas tretas para continuar en la brecha.
Me siento hoy como un halcón
llamado a las filas de la insurrección.


Saludos.

jueves, 5 de junio de 2008

La estampa de mi coche

Corría el año 2.002 cuando el Martes Santo le andube cagrejeando desde Orfila hasta la entrada en El Duque. A los que nos gusta esto, disfrutamos andando como los cangrejos delante de los pasos. De aquellas, aún no sacaba nada el Martes Santo y podía disfrutar de todas las cofradías en la calle. Dispuestos a salirnos de la bulla de delante del paso, un nazareno de la presidencia, bajito y entrado en edad (por lo que se podía intuir por las arrugas del rostro que los agujeros del antifaz dejaban ver) nos paró y nos regaló una estampita del Señor. Tras darle las gracias, le di la vuelta y en aquel momento sentí cuál era el sitio de esa estampa. Al llegar al coche, tras una jornada agotadora, saqué la estampa de la cartera y la puse en una de las uniones de las piezas decorativas del coche ... y ahí ha permanecido hasta hoy, día en que mi coche ha pasado a mejor vida.Mi coche era único y emblemático allá donde quisiera que fuese. Cuántos recuerdos, cuántos momentos vividos, cuántas emociones y cuántos lamentos, cuántos cielos de estrellas divisados por su particular techo solar, cuantos transportes de insignias, enseres y altares, cuántos kilómetros para ver o sacar cofradías, para rezarle cerquita al Señor de Sevilla o a la Reina de las Marismas, para disfrutar de una tarde de playa o para disfrutar de dos mellizas que me alumbran cada mañana ... y un largo etcétera. Siempre conmigo, siempre con una ropa en el maletero por si hiciera falta en un caso extremo y hubiera que sacar cualquier paso, con papeles llenos de proyectos, con planos obsoletos pero llenos de cariño.
En breve tendré otro coche, nuevo y mejor ... y otro coche donde colgaré las medallas que ahora acabo de descolgar y donde presidirá esta estampa que sin ser de mi titular a buen recaudo siempre me ha ayudado a llegar.
Tal como dice en el reverso de la estampa, una vez más "te pedimos Señor nos concedas Salud y Buen Vaje".